
Todo el mundo conoce Londres por su majestuosidad. Capital de un país con la imagen de la elegancia por bandera. También se transmite a sus ciudadanos, obedientes, que gritan Dios salve a la reina, orgullosos de esa tan bien vista monarquía parlamentaria.

Podemos encontrar como arquitectura representativa de esta fachada inglesa obras como el Parlamento, o el tan conocido Big Ben. Muy cerca, la abadía de Westminster. Ambos tres pertenecen al arte neogótico. Sin duda, símbolos de esta ciudad.


También lo es el Palacio de Buckingham, donde residen los monarcas. Sin embargo, los turistas solemos ir a verlo por curiosear sobre sus guardias reales, con esos gorritos taaaaaaan ridículos.

Sin embargo, en las tres veces que he estado en esta ciudad, en lo último que me he fijado ha sido en estas obras arquitectónicas tan simbólicas y blablabla. Donde está el verdadero Londres, para mí, es en lugares como el mercadillo de Portobello, o Camden, en los paseos por Hyde Park, y, llamadme aburrida, en el Museo británico. En las tiendas de artesanía, en Trafalgar Square y en los otros miles de squares de la ciudad... En los bares más cutres de luz tenue y en cada borracho (que no son pocos). En todos estos lugares está Londres.

Ahora veamos el porqué de visitar cada uno de ellos.
El mercadillo de Portobello. La mayoría de los puestos consisten en deliciosas comidas de diferentes países (os sorprendería lo tremenda que está la paella de allí). Tienen muchísimas antigüedades y cosas que sorprenderían a cualquiera.

El barrio y mercadillo de Camden es simplemente INDISPENSABLE en vuestra visita. ¿Habéis estado en el rastro? Pues Camden town es una exageración del mismo, y todo hay que decirlo, bastante mejorada. Es sencillamente mi parte favorita de Londres. Tiene tiendas interesantísimas, comidas de todos los tipos, fachadas (y personas) extravagantes, también artesanía, y puestecillos destartalados de camisetas de rock. Esta no es la zona 'Dios salve a la reina', es la zona 'God save the queen, the fascist regime' de los Sex Pistols. Vaya, se nota la diferencia, ¿eh?

Los paseos por Hyde Park sirven para adentrarnos en las típicas películas interpretadas por Hugh Grant. Y descansar de los palizones que estas ciudades conllevan.

El Museo británico es muy interesante. A mi yo de 10, 12 y 13 años le encantaba. Hay arte clásico romano y griego, también egipcio y de numerosas civilizaciones de la Antigüedad. Allí se encuentra la imprescindible piedra roseta. Lo que más me gustó: las momias, claramente. Es muy impactante. También me cautivaban las enormes piezas de panteones y demás que había entre esas paredes.

Y las calles. Si ahora llego y os digo que si vais visitéis las calles me tomaríais por tonta. Normal. Pero es que no es visitar las calles, los bares, la gente. Es verlos como son y no como la imagen que se da. Es una ciudad con mucho encanto. No merece que se borre y que solo se vea en ella el London Eye y el Tower Bridge, y las fotos con sonrisas forzadas que quedarán para la posteridad. Londres es más.
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